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La Actividad Minera

Para la comunidad en general, la que no está relacionada con el tema y que opina con absoluto desconocimiento, el no a la minería se basa en factores tales como: su excesivo consumo de aguas, la peligrosidad de sus depósitos de relaves, la contaminación del aire y en general por sus efectos en el medio ambiente. Si embargo, ya a partir de los años 90 y en algunos temas incluso antes, se ha buscado un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección ambiental. Es así como la legislación vigente considera que la aprobación de estos proyectos por parte del Servicio de Evaluación Ambiental es un punto clave en el desarrollo de éstos, ya que se debe tener el permiso ambiental para operar previo al inicio de cualquier proyecto.

Lo que evidentemente es cierto, es que el mundo tal como lo conocemos no existiría sin la minería y los metales producidos por esta industria.

En nuestro diario vivir estamos rodeados de metales y minerales, particularmente en nuestras construcciones y ciudades, el hierro, el cobre, el cemento, el vidrio, las pinturas, los cubiertos y la loza en nuestras casas y edificios, en los medios de transporte terrestre, marítimo y aéreo y la industria aeroespacial y el asfalto en las calles.

¿Y qué pasaría con las comunicaciones?

Los teléfonos celulares, la televisión y las computadoras, todos los cuales usan una serie de metales en su fabricación y funcionamiento, simplemente no existirían.

¿Quién podría hoy ignorar la importancia del cobre para la medicina, en especial cuando estamos en presencia de la pandemia del Covid-19? Nuestro principal producto minero es reconocido por su carácter antimicrobiano. Un estudio realizado por Michael Schmidt, profesor de inmunología y microbiología de la Universidad Médica de Carolina del Sur en USA, el mezclar cobre con protocolos de higiene comunes y corrientes ha rebajado la presencia de bacterias en hasta un 90% en contextos hospitalarios.

Bien, ¿Qué pasa entonces con nuestra actividad que genera tantos detractores?

Uno de los grandes “peros” que se le reprochan a la minería es que es un gran consumidor de agua. La realidad dice otra cosa, el sector de mayor consumo de agua consuntiva en nuestro país es el agrícola, con un 72%, le sigue el agua potable con un 12%, luego el sector industrial con un 7% y luego la minería con solo un 4%, estando el 5% restante asociado al sector pecuario y a la generación eléctrica (Ministerio de Obras Públicas, primer informe mesa nacional del agua). Por otro lado, y como la gran industria minera se concentra en el norte, las empresas se han preocupado de construir plantas desaladoras. Es así como la gigante australiana BHP, dueña de Minera Escondida, posee dos plantas desaladoras para abastecer sus operaciones, las cuales se encuentran en el Puerto de Coloso, al sur de la ciudad de Antofagasta. En la tercera región existen tres mineras con plantas desaladoras, estas son: Candelaria, CAP y AngloAmerican y hay más, hoy en día todos los nuevos proyectos consideran plantas de este tipo para su desarrollo, solo por nombrar algunos tenemos: Codelco proyecto RT Sulfuros, Proyecto Santo Domingo, Proyecto Quebrada Blanca Hipógeno, Proyecto Diego de Almagro, Minera Spence, Los Pelambres y otros.

Por otro lado, los depósitos de relaves producto de la actividad de las plantas concentradoras de mineral, se ven como un potencial peligro ante un eventual colapso de estos, especialmente considerando la gran sismicidad de nuestro territorio. Sin embargo, la estricta norma chilena para la construcción de estos minimiza enormemente el riesgo de que una situación de esta naturaleza suceda, tal como lo demuestra la realidad. Adicionalmente, este riesgo se disminuye aún más con la tendencia actual, cada día más en boga, de obtener relaves en pasta o/y filtrados, con lo cual se logra también una mayor recuperación de agua para retornar al proceso y disminuir el consumo de agua adicional.

Adicionalmente, el Gobierno presentó una “Política Nacional de Relaves” con el fin de asegurar los sitios mineros abandonados (los que en varios casos se encuentran ya reforestados) y avanzar en el diálogo y solución temprana de potenciales conflictos entre las empresas y comunidades. Igualmente, junto con la visión de Sernageomin, existen algunas empresas como, entre otras, Ecometales, JRI , BHP y Codelco, desarrollando una serie de actividades tendientes a generar un cambio en la industria para que avance hacia una minería sustentable, de menor impacto.

Sernageomin por medio de la implementación del “Observatorio Nacional de Relaves” desarrolla planes para monitorear en línea los parámetros de operación de estos depósitos, así como también la química de las aguas circundantes

De igual manera, la relación de los nuevos proyectos con las comunidades no solo se circunscribe a la solución de posibles conflictos, sino que también al desarrollo de proyectos que van en su propio beneficio.

Como se puede apreciar, la actividad minera avanza a pasos agigantados hacia una actividad cada día más sustentable y en eso está comprometida toda la industria.

Por lo tanto, el SI a la minería, pero sustentable, debe ser con mayúsculas y todos los involucrados en esta noble actividad estamos llamados a defenderla con la convicción de que las cosas se están haciendo correctamente.

Nunca olvidemos que el mundo no existiría sin minería.

Patricio Rodríguez H. Ingeniero Civil Metalúrgico

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