La producción de metales y la cadena geo minero metalúrgica que la sostiene, es una de las principales actividades económicas de nuestro país. Sus dificultades no pasan solo por la falta de recursos, sino también por su impacto ambiental.
Sin embargo, la industria minera tiene un gran componente social, lo que debe hacernos reflexionar sobre su importancia para nuestro desarrollo. La situación que se vive hoy es compleja y existe la sensación de encontrarnos con parámetros cada vez más difíciles de manejar.
Solo para hablar de nuestra minería del cobre, hoy tratamos recursos con menos de 1% de metal y debemos descartar más del 99% del material a lo largo de los procesos de extracción.
Ello es un gran impacto ambiental. La producción de una tonelada de cobre puede generar, en toneladas, 300 a 400 de estériles, 100 a 200 de ripios, 60 a 100 de relaves y 2 a 5 de escorias. Sin embargo, hoy se pueden recuperar materiales valiosos desde los pasivos, agregando valor y contribuyendo a disminuir el costo ambiental.
El caso de los gases de fundiciones es un ejemplo notable de economía circular, al tratarlos para producir ácido sulfúrico, dándole valor a un material que otrora fue un residuo altamente contaminante.
REVALORIZAR
Europa estima que por la aplicación de protocolos de economía circular se reducirá 32% el consumo de material primario al año 2020 y 53% para el 2050. Ello permitirá, sin duda, ajustarnos mejor al tamaño del planeta en que vivimos. La Comunidad Europea considera hoy proyectos de recuperación de materiales valiosos desde pasivos con potenciales, en ton/año, de 2 millones de minerales de baja ley, 1 millón de residuos de material fino y 3 millones de escorias que permitirá recuperar cobalto, níquel, cromo, cobre, plomo y zinc, entre otros.
BENEFICIOS
Según la Fundación Ellen McArthur, las empresas podrían ahorrar hasta 600 mil millones de Euros si realizan la transición a un modelo de economía circular. Un mejor diseño ecológico, la prevención y la reutilización de residuos, suponen un ahorro neto y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Medidas adicionales que, para aumentar la productividad de los recursos en 30%, para el año 2030, podrían incrementar el PIB en 1% y crear 2 millones de puestos de trabajo adicionales.
Es imperioso hacer conciencia en la población de nuestra responsabilidad como productores primarios, al utilizar cantidades enormes de energía y recursos humanos, porque los necesitamos para nuestro desarrollo, pero también del esfuerzo realizado por ser inclusivos para que este beneficio llegue a todos los habitantes del planeta.
Como profesionales ligados a esta industria tenemos la responsabilidad de responder ante una sociedad en que el uso de metales es sinónimo de desarrollo, y donde será cada vez más compleja la ecuación a resolver. La economía circular, sin duda, nos ayudará en esta tarea.
Columna de Opinión del Dr. Mario Sánchez, director del Programa Economía Circular, Facultad de Ingeniería UNAB, publicada el domingo 22 de agosto del año en curso en el Mercurio. Mario Sanchez es miembro activo y Director de ImetChile.